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En este ensayo global se ponen de presente temas de una actualidad apabullante. Los propagandistas de este capitalismo tardío nos quieren hacer creer que no tenemos alternativas para él, lo cual es un embuste visto desde la perspectiva histórica. Todo sistema, toda cultura, toda civilización ha tenido un fin y de sus propias entrañas ha surgido un nuevo mundo. El colapso de una civilización no significa el colapso de la humanidad. En las entrañas de todo viejo sistema germinan las simientes de aquellos fenómenos que alumbrarán el futuro. El capitalismo intenta presentarse como inmortal, pero no hay creación humana inmortal, todo lo que construimos es al final, tras años, siglos o milenios perecedero. Al mismo tiempo, siempre que un sistema se extingue se nos ofrece la oportunidad de construir algo nuevo.
Hay que estar preparado para cada giro de la rueda de la fortuna, y encontrar frente a él, las habilidades que el momento exige, no aquellas rígidas e inútiles que estaban consignadas en un plan que un giro del destino ha hecho trizas. Para no seguir siendo los que sobran, estamos necesitados del entendimiento y aceptación que no podemos someter a la vida con planes, casi siempre es ella quien nos ofrece las alternativas o nos impone las realidades que jamás hubiéramos osado imaginar. Necesitamos atrevernos a hacer trizas el espejismo de que quienes tienen el poder saben para donde van, hacia donde nos conducen, pues la aceptación de ese poder nos daña profundamente a nosotros y daña cada vez más irreparablemente la tierra en la que nos fue dado vivir.